Tuesday, April 26, 2005

El Pescador pescado

[Pagina/12 ] Comentario del show de Bill Frissell en Buenos Aires a cargo del periodista Diego Fisherman

La apropiación y legitimación que Frisell proyecta sobre esos Estados
Unidos que él mismo define como “banda de sonido de mi vida” actúa, obviamente,
en sentido inverso. A la vez que jerarquiza muchas músicas menores –e incluso
una manera de hacer música que el jazz podría considerar menor– encuentra allí,
en un paisaje musical ecuménico y posmoderno –y absolutamente norteamericano– su
motor y justificativo

Diego Fisherman es un ingenuo. Todavía cree en la dicotomía alta/baja cultura. Todavía cree que la técnica es la base de la música. Cree en la legitimación académica. Sólo ve lo formal, es incapaz de percibir lo no formal. Se pierde precisamente la gracia de cualquier expresion artistica (lo no formal, lo que dispara connotaciones propias, lo que se "siente", lo que hace que sea "unico"). Y está orgulloso de serlo: en esta cronica utiliza la palabra legitimación. Y es soberbio, porque establece una diferencia vertical y se coloca "arriba". Expone que la técnica "jerarquiza muchas musicas menores". Cree que hay musicas menores!. Y no lo dice acá, pero seguramente, la diferencia entre la musica "menor" y "mayor" radica en la complejidad. La creencia de que la musica (o el arte en general) es un camino evolutivo: de lo mas simple a lo mas complejo, de lo mas "afectivo" (folklore) a lo mas "racional" (academia). La certeza de que esa evolucion deja un camino desigual, de este y el otro lado del sonido.

Un gesto grosero de snobismo. Una actitud demodé. Una pose de desprecio a lo que no pertenece al grupo de "entendidos". Una ceguera que impide ver lo frágil que son los sistemas de referencias que cree tan solidos, y las convenciones sociales, que le enmarcan esa ilusión de castas.